10 noviembre, 2015

[Poeta] poema: Arthur Rimbaud, Noche de Infierno


"Retrato de Arthur Rimbaud por Jean-Louis Forain, 1872."


"He tomado un gran trago de veneno.- ¡Que sea por tres veces alabado el consejo que me llego!-.
 Me arden las entrañas. La violencia del veneno tritura mis miembros, me convierte en deforme, me derriba, me muero de sed, me ahogo, no puedo gritar.
¡Es el infierno, las penas eternas! ¡Ved como se levanta el fuego! me quemo como es debido. 
¡Venga, demonio! 
Había vislumbrado la conversación al bien, a la felicidad, a la salvación. Puedo describir la visión 
¡el aire del infierno no soporta los himnos! eran millones de criaturas encantadoras, un suave concierto espiritual, la fuerza la paz, las nobles ambiciones, ¡yo que se!

¡Las nobles ambiciones! 

y esto, ¡Todavía es la vida! Si la condenación es eterna, un hombre que quiere mutilarse esta condenado, ¿Verdad? Yo me creo en el infierno, luego estoy en el. es la ejecución del catecismo. Soy esclavo de mi bautismo. Padres, habéis hecho mi desgracia la vuestra. ¡Pobre inocente! ¡El infierno no puede atacar a los paganos! -¡Esto es la vida todavía!- Mas tarde, las delicias de la condenación serán mas profundas. Un crimen de prisa, que yo caiga en la nada según la ley humana.

¡Cállate, cállate!... Aquí esta la vergüenza, el reproche: Satan, quien dice que el fuego es innoble, que mi cólera es espantosamente tonta. -¡Basta!... Errores que me apuntan, magias, perfumes embusteros, música pueriles. -Y decir que estoy en posesión de la verdad, que veo la justicia: tengo un juicio sano y seguro, estoy dispuesto para la perfección... Orgullo -La piel de mi cabeza se seca. ¡Piedad! Señor, tengo miedo. ¡Tengo sed, tanta sed! ¡Ah!, la infancia, la hierba, la lluvia, el lago sobre las piedras, el claro de la luna cuando en el campanario daban las doce... el diablo esta en el campanario a esta hora. 
¡Maria! ¡Virgen santa!... Horror de mi tontería.

Allí abajo, no hay almas honestas que me quieran

Bien... Venid... Tengo una almohada encima de la boca no me oyen, son fantasmas. Ademas, nunca piensan nadie en los demás. que no se acerquen. Huelo a quemado, es cierto. 
Las alucinaciones son innumerables. Se trata verdaderamente de lo que siempre he temido: ya no hay
fe en la historia, olvido de los principios. Me callare: Los poetas y los visionarios se pondrán celosos.
Soy mil veces el mas rico, seamos avaros como el mar.


¡Vaya! el reloj de la vida acaba de detenerse. Ya no estoy en el mundo. -la teología es algo serio:
el infierno indudablemente esta abajo -y el cielo arriba-.
¡Tengo todos los talentos! -No hay nadie aquí y alguien hay: no quisiera desperdigar mi tesoro.
¿Quieren cantos negros, danzas huries? ¿Quieren que desaparezca, que me sumerja en busca de anillo?
¿Eso quieren? Fabricare oro, medicinas. Éxtasis, Pesadillas, sueños en un nido de llamas.

Cuantas malicias en la atención del campo. Satan, corre con las semillas salvajes... Jesús anda sobre los zarzales purpúreos sin doblarlos... Jesús andaba sobre las aguas turbulentas. La linterna nos lo mostró de pie, blanco y con trenzas oscuras, en el flanco de una ola esmeralda... 
Voy a descorrer el velo de todos los misterios: misterios religiosos o naturales, muerte, nacimiento, futuro, pasado, cosmogonía, nada. Soy maestro en fantasmagorías. ¡Escuchad!...
Entonces, confías en mi; la fe tranquiliza, guía cura. 
Debería tener mi infierno para la cólera, mi infierno para el orgullo, y el infierno de la caricia; un concierto de infiernos. Venid todos -Hasta los pequeños- que yo os consuele, que se derrame para vosotros su corazón, ¡El maravilloso corazón! ¡Pobres hombres laboriosos! yo no pido oraciones;
solo con vuestra confianza ya seré feliz.
Y pensemos en mi. Esto hace que eche muy poco de menos el mundo. Tengo la suerte que ya no sufro mas. Mi vida no fue mas que dulces locuras, es lamentable. ¡Bah! Hagamos todas las muecas imaginables.
Me muero de cansancio. Es la tumba, me voy hacia los gusanos ¡Horror del horror! Satan, farsante, quieres diluirme en tus encantos. Reclamo. ¡Reclamo un estacazo, una llamarada! 
Decididamente estamos fuera del mundo. No hay sonido. Desapareció mi tacto. ¡Ah, mi castillo, mi sajonia, mi bosque de sauces! Las tardes, las mañanas, las noches, los días...
Estoy cansado... 
Es el fuego que se reanima con su condenado.

¡Ah, volver a la vida! Echar una ojeada sobre nuestras deformidades. ¡Y esta ponzoña, este beso mil veces maldito! ¡Mi debilidad, la crueldad del mundo! 
¡Piedad Dios Mio, escondedme, me sostengo muy mal! 
-Estoy escondido y no lo estoy." 

este ha sido uno de los poemas de rimbaud, espero que les haya gustado, es uno de mis poetas favoritos, y este gran poema lo demuestra.

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